El pasado 27 de noviembre de 2007, la banda mexicana Maná se reencontró con el público venezolano después de dos años de ausencia, con un imponente show que deleitó a miles de caraqueños en la Rinconada.
A las nueve y media de la noche una cortina blanca dibujaba la silueta de Fher, Juan, Sergio y Alejandro, quienes daban inicio a un show que estremecería los sentidos de sus fanáticos. Comenzaron con la canción “Déjame entrar” siguiéndola grandes éxitos como “Oye mi amor”.
Continuaron con la presentación de su repertorio llevando a sus seguidores mensajes ecológicos y políticos. La pieza "Cuando los ángeles lloran" sirvió para enviar mensajes ecológicos, tema que siempre les ha preocupado; y el mensaje político, acompañado de un juegoo visual, se llevó con la canción "¿Dónde jugarán los niños?".
"Nuestro poder está creciendo más rápido que nuestra sabiduría", ésta y otras frases se leían en las tres pantallas distribuidas en el escenario, mientras los integrantes de la agrupación mostraron sus rostros cubiertos con calaveras, sus cuerpos con túnicas negras y velas por doquier.
"Tú me salvaste" fue la canción en que el baterista, Alex, dió una prolongada muestra de sus habilidades; realizó piruetas con las baquetas en complicados ritmos, además tenía una tarima giratoria y elevable que sorprendió al público.
"No ha parado de llover", canción en la que disfrutaron de una lluvia artificial que cayó sobre el escenario y formó una cortina de agua. La misma lluvia se repitió en "El muelle de San Blás", funcionando como telón para proyectar la silueta de una espectral novia, quien esperaba a su novio "sola en el muelle de San Blas".
Fuegos artificiales iluminaron el cielo para anunciar el fin. Tras gritos de "¡No a la reforma!" (en lugar de "¡Otra!"), Maná reapareció para despedirse con Labios compartidos, Rayando el sol y Clavado en un bar. El show culminó a las once y media de la noche.
